domingo, 8 de noviembre de 2015

Introducción


Proceso metodológico de la evaluación cognitivo-conductual


De acuerdo a Kendall y Norton (1988), el enfoque conductual, es un enfoque que se interesa en la situación específicamente, que está presente con el propósito de analizar y ver como influye en el comportamiento del paciente, identificando las relaciones entre las variables interpersonales, el ambiente físico y los comportamientos que son manifiestos del paciente.

En el caso de la evaluación conductual consiste en lo siguiente y se describe haciendo ciertas diferencias con la evaluación tradicional, según Phares (1999):

  • La evaluación conductual utiliza un enfoque de muestras y no de signo para la interpretación de pruebas, a diferencia de la tradicional, que utiliza una descripción de las características duraderas y subyacentes de la personalidad; lo cual si la prueba es adecuada y se considera que evalúa signos de conducta, tales respuestas infieren que el desempeño del individuo es una manifestación indirecta (proyectiva) o simbólica de algunas otras características. 
  • La evaluación conductual le es importante describir la situación de la conducta, y se interesa que tan adecuado es el instrumento para evaluar muestras de conductas en relación ciertas situaciones de interés. Lo cual si la prueba es adecuada y se considera que evalúa muestras de conducta, tales respuestas indicarán como se comporta el individuo en dichas situaciones. 
  • La evaluación conductual implementa en su proceso de desarrollo, el análisis funcional, el cual consiste el analizar que estímulos situacionales están presenten y provocan la conducta manifiesta, lo que genera a la vez consecuencias posteriores. Esta manera de evaluar la conducta y la manera en como dichas variables están relacionadas hace posible tener una comprensión mejor de las causas de dicha conducta. 
  • En la evaluación conductual el clínico busca identificar las variables que tienen que ver con los estímulos que provocan la conducta, e identificar los reforzadores que la mantienen. Esta información permitirá la manipulación de los factores involucrados en la relación funcional de la conducta. Tal descripción requiere ser cuidadosa y precisa.

Con el paso del tiempo, los clínicos con enfoque cognitivo, han ampliado la metodología del análisis funcional, considerando variables organísmicas, que son variables físicas, fisiológicas o cognoscitivas. El análisis funcional ayuda al clínico no solo a identificar el problema sino a establecer una intervención posible.

Es muy importante entonces comprender que el proceso de una evaluación conductual, vale también para el proceso de una evaluación cognitiva conductual.  Ya que como se indico, el campo de la evaluación conductual se ha ampliado hacia el aspecto cognoscitivo; porque el concepto de las cogniciones y pensamientos del paciente representan una función importante en la conducta, lo cual es una característica de la evaluación cognitiva-conductual (Phares,1999).

Por lo tanto, la evaluación cognitiva-conductual consiste en la evaluación de respuestas especificas, pero a diferencia de conductas manifiestas observables del enfoque puramente conductual de donde evoluciona, estas respuestas son actividades cognoscitivas de los pacientes. Para evaluar este tipo de respuestas cognitivas y conductuales, se puede mencionar como ejemplo dos métodos, el muestreo de pensamientos y el inventario de autoafirmaciones (Kendall & Norton, 1988).

El método fundamental que aplica este modelo a sus tareas de investigación es hipotético-deductivo. Su técnica metodológica de preferencia es la observación directa, así como lo podemos observar también en el enfoque conductual radical.

Este modelo en su evolución terapéutica a desarrollado sus propias técnicas para poder evaluar y analizar las cogniciones o construcciones internas mentales. Por otro lado, en base a la complejidad que conlleva el analizar las cogniciones, en este modelo en su contexto terapéutico y de investigación, se ha producido que se utilice un sin fin de metodologías y técnicas, lo cual algunos la critican.

En relación a la evaluación psicológica conductual, Godoy (1993), menciona que existen al menos tres fases principales en el proceso, y esto es valido para el proceso cognitivo conductual ya que :

1.    Selección y descripción de las conductas problema
2.    Selección de las técnicas de intervención con las que se incidirá sobre las conductas descritas sobre el punto anterior.
3.    Valoración de los efectos producidos por la intervención realizada.

Desde otro enfoque Vega (s/f), menciona que no existe en el ámbito de la evaluación psicológica actualmente un modelo teórico único, ni tampoco un único método de evaluación en la psicología clínica, pero aún cuando cada terapeuta conductual adopta y ajusta a sus necesidades prácticas una metodología, existe un consenso en considerar a los siguientes pasos como los típicos de la evaluación conductual (ver Figura 1)



Figura 1. Fases del proceso de evaluación conductual (Vega s/f):


Objetivo a desarrollar:

Por lo tanto este estudio tiene como objetivo principal exponer el proceso metodológico de la evaluación cognitivo-conductual, incluyendo sus objetivos, fases y técnicas; haciendo en ciertos momentos una comparación con aspectos característicos del modelo de evaluación psicológica con enfoque tradicional.

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