Las fases de la metodología del proceso de
evaluación cognitivo conductual, es una proceso complejo que por lo estudiado
por este autor, ha sido sistematizado en distintas formas, ya que varios de las
fases se contraponen y están íntimamente relacionadas y son dependientes una de
la otra.
En otro sentido,
la evaluación conductual, a
diferencia de la evaluación tradicional, se observó en su metodología que no
sólo trata de obtener información al inicio de la intervención sino también
después y durante de ella. Muy diferente a lo que se a estudiado en el modelo
tradicional, que ha consistido en
obtener información sobre los pacientes sólo de forma informal durante
la terapia.
Sin embargo, la evaluación conductual cuenta con
mediciones diseñadas para aplicarse varias veces durante la terapia a fin de
hacer una evaluación mas exacta de los progresos y las necesidades cambiantes
que puedan darse en el proceso de intervención con el paciente, buscando
intervenir de una manera mas eficaz con información especifica, precisa y de
utilidad.
Al caso se debe realizar un análisis funcional de
los procesos de pensamiento del cliente, a fin de planificar cual será la
estrategia de intervención. Así también, en el caso de los inventarios
necesitan tener como base metodológica, ciertas estrategias cognoscitivas para
determinar cuales cogniciones o cuales no, ayudan o interfieren con el
desempeño adecuado del paciente y que situaciones lo provocan.
Con base a nuestro objetivo inicial, se puede
observar los recursos metodológicos que desarrolla este modelo psicológico en
la evaluación clínica o experimental a diferencia de otro más tradicional, ya
que en cada modelo psicológico existe una manera distinta de comprender la
personalidad y como predecir la conducta.
Y finalmente en lo que respecta a la evaluación
clínica cognitivo conductual por su enfoque objetivo y experimental, se ha
nutrido y se ha enriquecido de una serie de métodos, técnicas y aproximaciones
que la hacen que se vaya perfeccionando y actualizando aun más. En este
sentido, su constante perfeccionamiento en relación al uso de las estrategias
metodológicas que puede llevar a cabo, y las combinaciones de estas, son con la
finalidad de tener una comprensión más adecuada, clara y precisa de la conducta
del paciente en relación a la situación específica que la provoca. Esto con la
intención de poder tener mejores planteamientos diagnósticos que ayuden a
establecer un diseño de intervención o de investigación. A parte, de la
evaluación es llegar a establecer un tratamiento significativo y eficaz en la
resolución de problemas de la conducta humana y que contribuya a que el ser
humano viva mejor adaptado a su entorno.
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